
Los seres humanos nos protejemos con máscaras de soberbia que impiden que mostremos nuestro verdadero ser
CDMX, 17/9/2017. Es increíble cómo Dios hace las cosas —comentó Ramavajan hoy. El presidente Trump está empecinado en afectar a los mexicanos en Estados Unidos pero, anticipándose al problema, Dios les mandó los huracanes Harvey e Irma, por lo que Donald no va a tener otra opción que contratar a miles de trabajadores connacionales para reconstruir las zonas afectadas. En lugar de hacernos daño, ¡nos está beneficiando! EEUU va a tener que pagarles muy bien a nuestros obreros y éstos, a su vez, enviarán mucho dinero a México. Incluso en algunas ciudades van a tener que poner anuncios solicitando mano de obra bien remunerada; por más que nos quiere dañar, los gringos van a terminar devolviéndonos todo lo que nos han quitado —explicó entusiasmado. Y también mencionó que el castigo para los norteamericanos va a ser un crudo invierno que se va a sentir peor por la humedad que dejaron estos fenómenos y las malas condiciones en las que quedaron muchas viviendas.
También comentó: se siguen liberando los amarres energéticos que nos tenían esclavizados a Estados Unidos. Ahora la energía alfa del Cristo los está cercando. Trump y su gente van a tener que tragarse todas sus palabras; aún no resuelven los problemas que estos huracanes les generaron; yo me pregunto ¿qué van a hacer con los habitantes sureños que se quedaron sin un hogar para vivir?
Pregunté a los Maestros (a través de la conexión de nuestro líder): ¿existen los "elementales del dinero? (así como existen los del agua, tierra, etc) y respondió que sí, que tenemos que purificarlos (es un trabajo que tenemos pendiente).
También explicó: después de muchos años en los que vivía en soledad y amargura, finalmente ahora siento algo de felicidad —lo cual se me hizo muy buena noticia; la limpieza personal que hemos tenido en estos años ha sido monumental.
Para terminar la sesión, explicó: cuando un demonio de repente comienza a leer la Biblia y a hablar de Jesús, es porque se quiere curar en salud; sabe que le queda poco tiempo de vida. Muchos de esos supuestos "conversos" no tardan en morirse.