Recuerden de quién vinimos

Cuiden a sus padres, a sus hijos; a eso vinimos a este mundo, a aprender a amar a quienes están cerca de nosotros

Composición de Sharover (efecto de Lunapic.com)

Darnos un tiempo para el amor

CDMX, 1/9/2011. Recientemente hemos comentado sobre temas álgidos y complicados, porque ha habido mucho que decir sobre los problemas que enfrentamos en estos tiempos revueltos —expuso Ramavajan hoy, pero la verdad es que también debemos platicar de un asunto que nos atañe a todos: el amor que le debemos tener a nuestras familias, a nuestros padres, hermanos e hijos.


Cuidarnos entre nosotros

Y en ese instante se le cerró la garganta, no podía continuar hablando: tenemos que cuidar a nuestros padres, a nuestros hermanos, a nuestras mascotas, a los vecinos y a los núcleos de amigos que tenemos alrededor nuestro. Si todos comenzamos a generar el cambio con amistad, con amor, felicidad, siendo honestos, diciendo la verdad, todo este mundo va a cambiar de inmediato. Ustedes comiencen a hacerlo y poco a poco van a generar un cambio sin precedentes ¿en dónde? en sus ciudades, en sus países y en sus comunidades. Háganlo, apoyen a sus hijos, a sus hermanos y a sus papás, no olviden… (y la emoción nuevamente le detuvo el habla) no olviden de quién vinimos; las personas olvidan sus orígenes y esto no puede seguir así. Cuiden a sus hijos, que son el futuro de nuestro planeta, cuiden a sus nietos, saluden a sus amigos, generen redes para que se reencuentren sus compañeros de escuela o de trabajo, que hace tiempo no ven.


Vivimos en un mundo difícil

Ése es el amor, el hablar con la verdad, con sencillez, el querer que la gente se quiera y que todos nos ayudemos —siguió expresando. No puede ser que, para pedir trabajo, tengamos que estar mendigando, ¿por qué ocurre esto? Porque muchos empresarios y políticos son gente oscura a quienes, por su soberbia, hay que estarles rogando y mendigando una plaza, una oportunidad. Si Ustedes tienen la capacidad de brindarle un trabajo a una persona, bríndenlo con amor; no es posible que nuestros hermanos en la frontera con Estados Unidos estén arriesgando la vida por una "chamba" y vivan huyendo de la ley; tampoco es posible que la mitad de la población en México viva llorando porque reciben un sueldo mísero, ya que tienen que alimentarse y darle de comer a sus hijos.


Fotografía de Sharover (Ramavajan del lado derecho, con su hermano, visitando la tumba de sus padres)

Racionalismo cruel

Eso nunca lo dijo Dios, que tenemos que competir encarnizadamente unos contra otros; Él dijo que tenemos que estar unidos, ayudarnos, querernos y apoyarnos. Y quienes no lo hagan se van a quedar solos, aislados; recuerden que hay un Dios que todo lo ve y ahora sí, Él está de nuestro lado, Él sabrá qué hacer con esa gente que no apoya a sus compañeros y hermanos.


La debacle del egoísmo

La gente más poderosa no tiene amigos verdaderos, sólo compañeros por conveniencia; están muy solos porque se han encargado de aplastar a los demás todo el tiempo, a generar terror con un sistema económico que sólo ellos comprenden. Son gente basura, ¿pero qué pasa? tarde o temprano se quedan solos, terminan metidos en alcohol o en drogas, o suicidándose, haciendo todo lo posible por despedirse de este mundo al que nunca amaron; lo mismo pasa con su alma, está confundida y por eso viven en desolación. ¿Por qué? Porque Dios es Uno y es quien nos da el crecimiento espiritual y la compañía que todos necesitamos.


Dependemos unos de otros

El ser humano no es un ente aislado, nunca lo han sido y por más que se quieran alejar de los demás, aunque sean artistas o empresarios famosos, no pueden; a final de cuentas todos terminamos pagando lo que hemos creado —añadió Ramavajan concluyendo este tema. Si se quieren pasar al camino de la luz, van a tener que trabajar muchísimo; recuerden, mis amigos, esos "ricos preciosos" que siempre nos han engañado: su tiempo de controlarnos y de manipularnos está llegando a su fin. Cuídense, hermanos oscuros, más vale que cambien porque ya está circulando por nuestro planeta la Justicia Divina. Adiós.